Saturday, December 25, 2010

A mi tía Concha (por María Teresa García-Perla García)

Hoy he conocido a un niño,
que ya es todo un hombre ahora,
que recuerda con cariño
que fue alumno de tía Concha.
¡Con qué paciencia y dulzura
les enseñó tantas cosas!
Desde las primeras letras,
cantando con dulces notas,
hasta las primeras cuentas
(dos y dos, cuatro), y la hora,
y tantos y tantos cuentos,
(érase una vez..") y otras
enseñanzas que les daba
con paciencia y sin demora;
Y, aunque a veces les reñía,
era por su bien y honra.
¡Cuantos niños, ahora hombres,
se acuerdan de mi tía Concha.
de todo lo que aprendieron
de tan buena profesora.
Más son mis propios recuerdos
los que a mí más me conmueven,
de los ratos que he pasado
con tía Concha, tantas veces,
bañándonos en la playa,
contemplando atardeceres,
y jugando con mis primas,
con Concha y Dolo, y con Nieves.
Y las horas a su lado,
viajando por mil ambientes,
soportando con paciencia
empujones y estrecheces,
regalando a manos llenas,
sin mirar si lo merecen,
a sus queridos sobrinos
Alberto, Alvarito y Tere.
Como a tantos otros niños,
me ha enseñado a mí también
con su ejemplo y su ternura
a entregar sin interés.
Y, aunque pasen muchos años,
yo jamás olvidaré
el tiempo pasado juntas
y lo que aprendí de él.
Y, aunque emular su paciencia
yo jamás lo lograré
¡Cuánto quiero a mi tía Concha,
y cuánto más la querré¨!