Monday, October 16, 2006

JUBILACION

El Diccionario de la R.A.E. dice que esta palabra deriva de la latina "iubilatio" y la define como acción y efecto de jubilar o jubilarse, en segunda acepción la define como haber pasivo que disfruta la persona jubilada y en tercera como viva alegría o júbilo. En la práctica se trata de una fase de la vida, en la que el individuo al alcanzar una determinada edad (cada vez más temprana) y tras haber pagado durante un período de tiempo a una entidad de Seguro Social (generalmente el Estado, no el Gobierno como muchos creen), debe abandonar su trabajo y pasa a percibir una cantidad económica denominada pensión (bastante inferior a la que venía cobrando).
Podemos dividir la vida humana en tres fases que separan el nacimiento de la muerte. La primera es la fase de aprendizaje, la segunda es la fase de actividad laboral y la tercera la jubilación. La primera de ellas suele tener la ventaja de contar con personas que te enseñan tanto las actividades elementales como andar, hablar o comer, como las más complejas de las que son ejemplos la lectura y la escritura o la formación en una profesión más o menos difícil de ejercer. La tercera, que antes o después afecta a todos, incluso a aquellos que como el ama de casa no dependen de un patrón, viene marcada por la Ley para quienes trabajan por cuenta ajena y por sus posibilidades físicas y síquicas para quienes lo hacen por cuenta propia (es el caso del ama de casa); el gran problema de esta fase es que no se aprende ni hay quien te la enseñe, hay que prepararse para ella.
En demasiadas ocasiones llega a ser dramática la situación en la que se encuentra una persona al percibir que a partir de mañana no puede volver a la fábrica, a la oficina, al camión o al hospital donde trabajó durante 30 años. No sabe qué hacer porque no había previsto el camino a seguir en esta encrucijada de la vida que tenía que llegar. Si vive en el seno de una familia comienza a ayudar en las labores domésticas, lo que está muy bien pero no es suficiente. Hoy es muy frecuente dedicarse a los nietos, pero ésto que también es plausible, se convierte en una obligación que tampoco llega a satisfacer porque si bien ayuda a sus hijos, no está exento de interferir en su labor de padres ni de sufrir el abuso de tus hijos que con excesiva frencuencia "necesitan" que te ocupes de ellos.
Hemos dicho que hay que prepararse para la jubilación, y ¿como se prepara uno?. En primer lugar hay que aceptar que tu profesión ha terminado contigo y tú con ella. Hay que admitir que para tus colegas jóvenes "eres un viejo" y, educadamente, no aceptan tus consejos y tus opiniones porque son "las batallitas del abuelo". Debes haber desarrollado antes una afición, fuera de tu profesión, a la que ahora puedes dedicar más tiempo. Si físicamente te es posible, una de estas aficiones debe ser el ejercicio físico que no necesariamente ha de ser un deporte pudiendo ser desde el paseo hasta el cuidado del jardín, si lo tienes. Hablar de otras actividades sería interminable pero citaré algunas como: la lectura (libros no profesionales), la pintura, la música, la escritura (para uno mismo o para publicar usando cualquir medio), la colaboración con entidades caritativas, culturales, etc. No puedo dejar de citar como ocupación, no permanente, el viajar.Esta fuente de conocimientos precisa unas mínimas condiciones físicas y ciertos medios económicos. Hay que recordar que hoy se brindan a los jubilados viajes muy asequibles, tanto de iniciativa estatal como privada.
Estas observaciones las baso en mi propia adaptación a la jubilación e invito a quienes aún están lejos de ella a que se las plantean
ALVARO GARCIA PERLA

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